“La obra de santa Teresa de Ávila ha dado lugar a numerosas publicaciones, y comprendemos que el interés principal haya sido la investigación de la orientación espiritual en su relación con Dios.
Mi formación profesional inicial guio mi lectura de las “Cartas” y escritos de Teresa sobre la observación de las enfermedades a las que ella misma y sus hermanas estuvieron expuestas, así como a las terapias de entonces. He querido también poner de manifiesto sus vidas concretas y cotidianas, y más específicamente, los problemas de salud, enfermedad, higiene, terapia y profilaxis. Mi fascinación por la personalidad tan carismática de Teresa y su calidad humana ha sido tal que me ha llevado a querer compartir mi emoción, a tratar de recuperar en el espíritu de cada uno de nosotros la noble combatividad y la sincera ternura y amor que la animaban, a disipar esa fría y austera idea de una severidad demasiado grande, a revelar la auténtica y gran cercanía de esta mujer de fuerte carácter, y a presentar a la Reformadora de la Orden como “herbolaria” de corazones y almas.
Así, más allá de la Espiritualidad y de la Historia, “Teresa de Ávila, médico de los cuerpos y de las almas” trata de presentarla como consoladora de los afligidos y médico naturópata, con gran conocimiento al haber sido probada ella misma, llegando a estar a las puertas de la muerte. Conoce la salud y sus peligros: enfermedades, fiebres, epidemias, fracturas, parálisis, dolencias, melancolía, locura, etc. Todos sus escritos aportan información sobre la farmacopea del siglo XVI español, afectado por epidemias de gripe y peste, que asolaron y diezmaron ciudades y comunidades monásticas.
Con generosidad, la Madre aconseja y recomienda, y ciertos medicamentos recomendados por Teresa, a base de esencias o resina, dotan a la Santa de una modernidad muy actual” (La autora).
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