Este nuevo poemario de Anna Duart se nos ofrece en forma de haikus, compuesto por una métrica muy precisa que se vierte en tres versos, que revelan al autor.
Revelan a Anna en cuanto que a través de ellos expresa cuatro elementos que están presentes, no solo en estos haikus, sino también en sus poemarios precedentes:
- En muchos de estos haikus se percibe la danza de la cercanía y lejanía del Amado, que a veces toma también el contorno de madre.
- La conmoción por lo bello. La belleza salva porque revela una Presencia oculta que se desoculta en cada forma.
- La ternura, el cuidado de la vida, la atención a cada cosa, como un beso dado a la vida.
- La esperanza, que es el título que Anna ha dado a su poemario. La más frágil y amenazada de las tres virtudes teologales y que contiene a las otras dos, pues, ¿qué es esperar sino una forma de creer y de amar?
Todo ello es lo que el lector beberá en pequeños sorbos a través de la lectura de estos breves poemas. Léanlos suave y pausadamente para que puedan destilar el néctar que contienen (cf. Prólogo de Javier Melloni).
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