Madeleine Delbrêl (1904-1964) quiso entender la fe que la «deslumbró» desde su conversión en 1924, para ello se sumergió en la lectura de autores espirituales, entre los cuales destacaron los santos del Carmelo. Este libro pone de manifiesto su influencia y la profunda sintonía que existió entre Madeleine y los reformadores del Carmelo, Teresa de Jesús y en especial, Juan de la Cruz. Temas como el encuentro con Dios en la experiencia de la noche del sufrimiento y en la búsqueda de la belleza, o la contemplación como transformación de la persona y el apostolado, son algunos de sus puntos comunes.
Pero si Madeleine hereda de este patrimonio, también lo actualiza por el planteamiento propio de su época: el ateísmo creciente obliga al creyente a permanecer en estado de conversión, que se concreta en un amor fraterno siempre más despojado de uno mismo respondiendo al amor de Dios.Sophie Mathis es una hermana de la Providencia de la Pommeraye (congregación carmelitana) y profesora de español en un instituto público francés. Profundizó su conocimiento de Madeleine Delbrêl durante su licenciatura de Teología (ICP, París) y un Máster de Mística y Ciencias Humanas (CITeS, Ávila), cuyo resultado es este libro.
Pero si Madeleine hereda de este patrimonio, también lo actualiza por el planteamiento propio de su época: el ateísmo creciente obliga al creyente a permanecer en estado de conversión, que se concreta en un amor fraterno siempre más despojado de uno mismo respondiendo al amor de Dios.Sophie Mathis es una hermana de la Providencia de la Pommeraye (congregación carmelitana) y profesora de español en un instituto público francés. Profundizó su conocimiento de Madeleine Delbrêl durante su licenciatura de Teología (ICP, París) y un Máster de Mística y Ciencias Humanas (CITeS, Ávila), cuyo resultado es este libro.
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