Si decimos con flores el amor, el ruego, el recuerdo, el detalle agradecido y si, además, el lenguaje de las flores es bello, poético, tierno, aromático, sugerente, sencillo…, ¿por qué no orar también con flores?
Este libro no trata de ser un tratado de arte floral, pero sí ofrece pequeñas sugerencias («pedagogía práctica») para cuando se quiera orar o que otros oren mediante el lenguaje de las flores, y también símbolos florales adaptados para distintas celebraciones o momentos litúrgicos.
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