Día 1
- Con María, la memoria de la misericordia de Dios nos lleva a la alabanza.
- Con María, la esperanza nos pone en pie para caminar con alegría en medio del pueblo.
- Con María, abrimos el corazón para recibir al Espíritu.
- Con María, cantamos el Magníficat a Dios.
Día 2
- Saluda a María con las palabras del Ángel.
- Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
- Saluda a María con las palabras de su prima Isabel:
- Bendita tú entre las mujeres. Bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Día 3
- El Señor despide a los ricos con las manos vacías.
- Decir tu nombre, María, es decir que la pobreza compra los ojos de Dios.
- María es decir Amor.
- Enséñanos, María, a vivir la pobreza evangélica, cuya riqueza es solo Dios, cuyo fruto es la solidaridad.
Día 4
- Con María, ponemos nuestra mirada en el Dios de la ternura.
- Con María, ponemos nuestra esperanza en Jesús.
- Con María, invocamos al Espíritu y le pedimos que guíe nuestra vida.
- Con María, nos sentimos en comunión con la Iglesia.
Día 5
- María siempre está con las manos abiertas para recibirte. Su casa no tiene puertas.
- María es Madre, puedes confiarle tu vida sin temor. Estés como estés, Ella siempre te acoge.
- María te comprende, te cuida. Descansa en su regazo, como hace Jesús.
Día 6
- María siempre está, con el Espíritu Santo, en medio de los dolores y gozos del pueblo. Descúbrela.
- María nos reúne para orar y escuchar la palabra de Jesús. Ora con Ella.
- María es Madre de la Iglesia, que sale para anunciar el Evangelio. Apúntate a la misión.
Día 7
- María muestra que toda vida está sostenida por la misericordia entrañable de Dios. Abandónate en Él.
- María siempre lleva a Jesús. Dice: «Haced lo que Él os diga». Escúchale.
- María invita a poner todo lo que somos y tenemos bajo la mirada amorosa de Dios. Déjate mirar.