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Dios nos ama con corazón humano, por Santiago Bohigues

Jesús tiene un corazón humano-divino, que es sensible a la verdad de mi amor, que no deja de buscarme con entrañas de misericordia, que permanece siempre abierto y entregado por amor al hombre:  < Cristo implica, complica y simplifica > (D. Francisco Cerro, Arzobispo de Toledo). Cuando conoces el corazón de una persona tienes la clave de su vida, cómo es él, que es lo que le define, qué es lo realmente importante: “Mira, estoy de pie a la puerta y llamo. Si alguien escucha mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo” (Ap 3, 20).

El Corazón en Jesucristo es un símbolo pero real, un simbolismo que forma parte de la misma realidad que expresa; no es intimismo. El hombre Cristo Jesús nos abre el amor de su intimidad, nos lleva por sus caminos amando, nos comunica su drama redentor en unión de corazones: “Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1 Jn 1, 3).

El Corazón de Cristo nos introduce a lo más profundo del misterio de Dios, nos une a los hermanos desde una participación real en la vida de Jesús; del Corazón de Cristo al corazón del hombre. Es el Espíritu Santo en la Iglesia el que nos va introduciendo en el misterio de Cristo de forma progresiva: < vivir ahora del Espíritu que brota del Corazón de Cristo vivo >;< Se pregunta dónde está lo principal del alma: Platón muestra que está en el cerebro, Cristo muestra que está en el corazón > (San Jerónimo, Epístola 64, 1), < Oh, Señor, ¿me amenazas con castigos si no te amo? Pero, ¿acaso hay mayor mal que no amarte? > (San Agustín).

La tradición bíblica privilegia el término corazón como el centro de la vida anímica y vital de la persona; el seguidor de Jesucristo no será auténtico por la mera justicia externa de los fariseos, sino por la conversión del corazón. La conversión del corazón se dará a imitación de Cristo por la acción de su Espíritu; reproducir en nosotros sus actitudes internas y permanentes: < Cor ad cor loquitur > (el corazón habla al corazón).

La espiritualidad del Corazón de Cristo nos lleva a lo esencial de la vida cristiana, da penetración y hondura, identificación en la verdad del amor de Jesucristo, que las costumbres sean conforme al ser y a la recta razón y lleva a vivir el Evangelio hasta las últimas consecuencias: < Dios con su amor, debe entrar en los sufrimientos de la historia > (San Gregorio Nacianceno).

Acerca de Santiago Bohigues

Santiago Jesús Bohigues es Director del Secretariado de la Comisión Episcopal del Clero de la Conferencia Episcopal Española.

Ha sido Doctor en Teología Espiritual por la Facultad del Norte de España, en Burgos. Igualmente, a lo largo de este tiempo ha sido vicario parroquial en las localidades de Muro de Alcoy, Cetla de Núñez, Alcocer, Benámer y Alginet así como párroco de Turís y Casinos.

Ha publicado 2 libros dentro de la Colección Mística y Místicos  en la Editorial Monte Carmelo: El corazón humano de Cristo e Itinerario de maduración de la vida cristiana.

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